miércoles, 14 de julio de 2010

DISERTACION CALIDAD EDUCATIVA



Cuando hablamos de sistema educativo hablamos de características que desarrollan todas las instituciones que forman parte del mismo, es así como la Ley Federal de Educación marca lineamientos generales que abarcan la totalidad de las escuelas del país. El sistema educativo argentino esta segmentado por que lejos de ser homogéneo, brindando la misma calidad educativa al conjunto de la población, es tan heterogéneo que aunque estudiantes de distintos sectores socioeconómicos accedan a niveles de educación formalmente iguales, los niveles de conocimiento no son equivalentes. De esta manera, en vez de un sistema aparecen varios sub - sistemas que de acuerdo a las características económicas, sociales, culturales o regionales de la población que accede a cada establecimiento, se definirá la cantidad y calidad de contenidos tanto conceptuales como procedimentales y actitudinales. Cabe aclarar, que la segmentación no solo la pensamos a partir de la diferencia entre escuela privada y escuela estatal, sino que al mismo tiempo y sobre todo, al interior tanto del sector privado como del sector estatal. Pero no podemos desconocer que, a la vez, hay características que son propias de una institución, es decir que varían de escuela a escuela. Cuando estas diferencias están asociadas al nivel socioeconómico de los alumnos y se seleccionan escuelas con mejores condiciones para el aprendizaje de estudiantes de sectores sociales favorecidos, mientras que las de peores condiciones se reservan para los sectores sociales desfavorecidos, podemos decir que nos encontramos frente a un sistema educativo que es segmentado. De hecho basta observar someramente nuestras escuelas para percibir que esta es una realidad de nuestro país. Pero no es la única. Si pensamos que además cada nivel del sistema actual trabaja por separado, desentendiéndose de lo que sucede tanto en el nivel precedente como en el posterior, reconocemos que el mismo es además desarticulado. En un trabajo elaborado por Filmus, se describen las conclusiones de una investigación acerca del pasaje del antiguo nivel primario al secundario, donde se demostraba: “a) La exclusión del sistema educativo sólo de niños provenientes de sectores populares que asistieron además a escuelas para sectores populares, es decir a escuelas primarias mal equipadas, con pocas horas de clase, un cuerpo docente desfavorable, y que promovía la socialización no cognitiva en lugar de la transmisión y reconstrucción de conocimientos. ”b) La tendencia a la exclusión se acentuaba al interior de los grados de niños procedentes de escuelas primarias para sectores populares, a menor nivel ocupacional y educacional de los padres y en el caso de que los niños trabajaran. Niños cuyos padres tenían ocupaciones y un nivel comparativamente bajos, pero que lograron tener un alto rendimiento en la escuela primaria, lograron muchas veces superar la barrera visible de el pasaje de un nivel a otro e ingresar a colegios secundarios. ”c) Una vez producido el pasaje del nivel primario al secundario, los niños quedaron agrupados en distintos colegios secundarios, diferentes por la independencia (pública o privada), la modalidad (bachillerato, comercial, etc.) y sobre todo por el nivel de exigencia que cada colegio secundario tenía para admitir a los nuevos alumnos.”[14] Si tomamos en cuenta el análisis anterior, vemos que en realidad nuestro sistema educativo está segmentado ya que a nivel secundario asisten todos los niños de sectores medios y altos de la sociedad pero no así los de las capas bajas. Esto se corresponde con lo mencionado por Tenti Fanfani en relación con el rol que cumple el nivel socioeconómico de los hogares de los estudiantes en la adquisición de aprendizajes. Esto si pensamos que los niños cuyos padres desempeñan actividades propias de sectores bajos, con niveles educativos bajos, asisten a escuelas tanto primarias como medias para sectores bajos de la sociedad. De lo contrario no pueden desempeñarse con éxito y la deserción y la repitencia están a la orden del día. “Los aprendizajes varían en función de diversos factores, en especial, en función del nivel socioeconómico de los hogares de los estudiantes.”[15] Es importante en la actualidad tratar de revisar como se articula la E.G.B con el Polimodal, teniendo en cuenta que uno no puede desentenderse del otro. Así mismo seria necesario establecer criterios para que todas las escuelas contribuyan a la formación de la ciudadanía brindando igualdad de oportunidades, desmistificando la dualidad escuela para ricos-escuela para pobres. No debemos olvidarnos que el hecho de ocupar un lugar en el sistema educativo, es un derecho históricamente ganado, sea cual fuere la utilidad y la importancia que cada sujeto le dé a este hecho. Por esto nos parece que tales mecanismos discriminatorios son graves, mucho mas si pensamos que se viven en nuestra sociedad como algo natural, donde no hay lugar ni siquiera para preguntarse sobre estas cuestiones. Evidentemente, si permanecen ocultas, fuera de la posibilidad de la pregunta, difícilmente se enfrenten y se constituyan en un problema al cual se le proyecten posibles vías de solución. Un componente “importante en la iniciación es el diagnóstico de la situación actual de las actividades de la calidad en la empresa con el fin de establecer lo que se pretende.”[16] A partir de este análisis podemos observar tanto el rendimiento educativo como el destino que les espera a los niños de sectores populares. En cuanto al rendimiento de niños de escuelas para sectores populares, el mismo es inferior que el de niños que acuden a escuela para sectores favorecidos. En el primer caso, la repitencia es mas frecuente, no así en el segundo caso. Además es preciso tener en cuenta que cada escuela establece sus propios criterios de evaluación, la cual está influida por el rendimiento promedio de los alumnos. Así la similitud en las notas no reflejan la real magnitud de la brecha entre una y otra clase de escuelas. Actualmente la pauperización de la clase media complejiza aún mas la situación a la que venimos aludiendo. La pérdida de trabajo que viene aconteciendo en los últimos años, se siente sobretodo en la clase media. La caída de los sueldos impide a muchas familias poder comprar útiles y libros, lo que también se aprecia es un fluir de nuevas problemáticas socio-ambientales que repercuten en el rendimiento de los alumnos. Ante un sistema educativo con estos deterioros cabría preguntarse entonces, como afecta la relación cantidad-calidad de la escuela pensada desde una dimensión cuantitativa: matrícula escolar, deserción, repitencia y finalización de ciclos escolares, y desde una dimensión cualitativa en relación con los aprendizajes efectivamente logrados y significativos que adquieren los alumnos en cuanto a conocimientos, habilidades y actitudes. En la actualidad, podríamos dar cuenta de nuevos hechos en el campo del conocimiento que profundizan aún mas la segmentación, este es el caso de que, en las escuelas para alumnos con nivel socioeconómico alto, estos pueden apropiarse de herramientas mas complejas y sofisticadas en la adquisición de nuevos conocimientos. Esto les permite adquirir aquellas competencias necesarias para resolver distintas problemáticas en este mundo globalizado y estar mejor capacitado para incluirse en el competitivo mercado laboral. Esta idea de la importancia de la posesión del conocimiento, muestra los nuevos valores de las sociedades actuales. En ellas el conocimiento adquiere valor de mercancía y, evidentemente, mayores retribuciones a aquellos que lo posean. Es importante reconocer desde este punto de vista que el conocimiento constituye una variable sumamente importante en la explicación de las nuevas formas de organización social y económica. Son recursos fundamentales en la sociedad actual la información, el conocimiento y las capacidades para producirlos y mejorarlos. Se asumen así dos dimensiones de la calidad de la educación, que Tenti Fanfani describe de la siguiente manera: “La primera tiene que ver con la apropiación del saber. Aquí es preciso distinguir dos dimensiones: Una tiene que ver con el desarrollo de conocimientos y aptitudes. Esto es lo que se denomina el ‘rendimiento’ y es lo que mide las pruebas tradicionales. Asociado con lo anterior, el que aprende no solo incorpora información y capacidades genéricas y específicas, sino que también desarrolla un tipo de relación (o una actitud con el saber y la cultura). En especial, aprende un modo de relación con el lenguaje, una valoración específica de la argumentación y una conciencia acerca del poder que posibilita el saber. Esta segunda dimensión del aprendizaje es más difícil de evaluar. Una segunda dimensión del aprendizaje que provee un importante criterio de calidad de la educación tiene que ver con la cuestión ético-política. Es lo que algunos denominan aspecto ‘valoral’ de la educación e inclusive todo lo relacionado con aquellos valores sociales como la solidaridad, la sinceridad y veracidad de la comunicación, la moralidad, las virtudes cívicas, etc.”[17] En este contexto la reflexión acerca del papel de la educación en la sociedad y en su desarrollo, implica abordar el doble problema de definir los conocimientos y las capacidades que exige la formación del ciudadano y la forma institucional a través de la cual ese proceso de formación debe tener lugar. La escuela fue creada para transmitir una serie de valores acordes a una organización institucional tradicional relacionada con la conformación de los estados nacionales, pero el proceso de cambio social actual nos obliga a reformular las preguntas sobre los fines de la educación sobre quiénes asumen la responsabilidad de formar a las nuevas generaciones y sobre qué legado cultural, qué valores, qué concepción de hombre y de sociedad deseamos transmitir. De esta manera partimos de la base de que aceptamos un proceso de transformación social, que nos muestra la aparición de nuevas formas de organización social. Uno de estos cambios, se aprecia en los modos de producción, donde la transformación tecnológica, la globalización y la competitividad modifican la organización del mercado de trabajo. Lo novedoso en este proceso de transformación es el papel que desempeñan el conocimiento y la información. Las nuevas tecnologías basadas en la informática permiten la producción de artículos adaptados a diferentes clientes. Aparecen conceptos como el de fábrica flexible, adaptable a mercados cambiantes, expresados en nociones como polivalencia, trabajo en equipo, cooperación, creatividad, etc. Esto requiere una distribución diferente de la inteligencia. En modos de producción Fordistas y Tayloristas, se precisaba una organización del trabajo jerarquizada, piramidal donde quien tenia el puesto mas alto se suponía era el creativo e inteligente mientras los demás ejecutaban sus instrucciones. En las nuevas formas de organización productiva, se da una relación mas plana y abierta, donde la inteligencia se distribuye homogéneamente. El concepto de “calidad total” expresa esta necesidad de introducir a la inteligencia en todas las fases del proceso productivo. En este sentido, la capacitación debe ser permanente y la creatividad y el trabajo en equipo deben asociarse con sectores portadores de información y conocimientos imprescindibles para innovar. Junto con todo esto convive la exigencia de competitividad, que reducen posibilidades y hasta excluyen a ciertos trabajadores. Con esto queremos alertar a los trabajadores en que sólo una minoría tendrá garantizado el empleo y que este será a cambio de una reconversión permanente y una identificación con la empresa en la cual trabaja. Por otro lado, los cambios en la actualidad se relacionan con las nuevas tecnologías que cambian nuestra manera de pensar y modifican la naturaleza de la comunidad como área en la que se desarrollan nuestros pensamientos. Todo esto, sin duda, tiene un efecto directo en la vida política, en la manera en que definimos la democracia. Es en este contexto que afirmamos, que el conocimiento constituye una variable importantísima en las nuevas formas de organización social y económica, que nosotros desde una mirada educativa no podemos obviar a la hora de pensar la calidad de la educación. Comienzan a interesarse por el tema educativo, otros sectores sociales relacionados con el aparato productivo, proponiendo un cambio de actitud frente al conocimiento, tomando a este como una forma democrática de acceso al poder. De esta manera, un mismo conocimiento puede ser utilizado por distintas personas con diferente creatividad, provocando diferentes modos de circulación, mayor intercambio, permitiendo un funcionamiento democrático de la sociedad. Las instituciones se vuelven mas flexibles, las jerarquías se definen en base a competencia e información y el poder entonces dependería de la capacidad de producir un valor a todo lo anterior. Vale la pena hacer una breve alusión a que el concepto de “inteligente” al cual se aludió, se refiere tanto a capacidades cognitivas como no cognitivas (afectos, emociones, imaginación y creatividad). Hoy en día la competitividad de una sociedad depende de la calidad de su fuerza de trabajo para lo cual la educación debe tender a formar ciudadanos con capacidades tales como “el dominio de la lengua, la comprensión de los fundamentos de las ciencias y de las nuevas tecnologías, el pensamiento crítico, la capacidad de analizar un problema, de distinguir hechos y consecuencias, la capacidad de adaptarse a situaciones nuevas, la capacidad de comunicarse y de comprender al menos una lengua extranjera, la capacidad de trabajar en equipo, el gusto por el riesgo, el sentido de la responsabilidad y la disciplina personal, el sentido de la decisión y el compromiso, la iniciativa, la curiosidad, la creatividad, el esfuerzo de profesionalidad, la búsqueda de la excelencia, el sentido de la competencia, el sentido del servicio a la comunidad y el civismo”[18] En este desarrollo cabría repensar la relación educación-trabajo, ya que las nuevas modalidades de producción deben ser analizadas en un marco más global del mercado de trabajo y de las relaciones sociales, y no sólo desde un punto de vista puramente técnico. En este contexto global, hay que superar la dicotomía entre capacidades y ámbitos de desempeño, lo que sin duda va a afectar el equilibrio entre contenidos y cobertura del aprendizaje. El desempeño productivo y el desempeño ciudadano reclaman las mismas capacidades y competencias, pero existe el problema que el desempeño productivo las reclama para el núcleo de trabajadores, mientras que el desempeño ciudadano las reclama para todos, ya que debe apuntar a su carácter democrático. “En los nuevos escenarios de producción capitalista intensiva en conocimientos, en cambio, la disociación desde el punto de vista del contenido de las capacidades tiende a disminuir y el desempeño productivo reclama un compromiso más integral. Pero como contrapartida de esta mayor articulación individual en términos de competencias y capacidades se produce un aumento considerable de la distancia entre los que trabajan en actividades intensivas en conocimiento y los que se desempeñan en las áreas tradicionales o, peor aún, los que son excluidos del trabajo.”[19] Vuelven a aparecer la segmentación y la exclusión como fenómenos sociales importantes pero ahora vemos que desde la relación con el mercado laboral acompañan la expansión de la economía en conocimiento. Reaparecen así problemas como el desempleo, la pobreza y distintas formas de marginalidad que no hacen mas que llevar a una situación de violencia e intolerancia. En este sentido, hay estudios que ponen de manifiesto la situación que afecta directamente a los trabajadores: la reducción de puestos de trabajo estables y la utilización total de las personas que ocupan dichos puestos, así las empresas solo garantizan puestos estables a una reducida parte del personal dando lugar a la precarización de los demás trabajadores. Las empresas se orientan hacia formas flexibles de contratación tanto externa como interna. Tedesco dice “... La flexibilidad externa se refiere a la subcontratación de partes del proceso productivo hacia otras empresas, mientras que la flexibilidad interna se refiere a la polivalencia de su personal que debe adaptarse a condiciones cambiantes de trabajo. Esta exigencia de polivalencia y de adaptación permanente, unida a las exigencias de trabajo en equipo de creatividad en la solución de problemas cambiantes genera, potencialmente, un clima desestabilizador muy fuerte, tanto en el plano individual como en el institucional”[20] A partir de esta situación se modifica el funcionamiento del mercado de trabajo y su relación con la educación. Así, desde un punto de vista cualitativo, las capacidades que el accionar educativo tiene que promover, son aquellas que requieren el desempeño en sectores mas avanzados de la actividad productiva. Ejercitar estas capacidades, no solamente es tema de la actividad productiva. La capacidad de abstracción, la capacidad de pensar, la creatividad, la capacidad de comprender problemas, la capacidad de trabajo en equipo y de emprender proyectos colectivos, son capacidades que deben ejercerse tanto en la vida política como en la cultural, es decir en la vida social en general. Formar para el trabajo y formar para la ciudadanía reclaman actividades similares. El conflicto vuelve a instalarse en lo cuantitativo: definir quiénes y cuántos tendrán acceso a esta formación. En un artículo del Ministerio de Cultura y Educación de la República Argentina y la O.E.A., titulado “Comportamiento y tendencias de la demanda de Recursos Humanos en el mercado de empleo argentino durante las últimas décadas”, se realiza un cuadro que muestra las demandas efectuadas y las dificultades que presenta el Sistema Educativo por parte de los trabajadores

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